Hola, ¿Cómo estás? Espero
que sepas leer y sobre todo entender estas pocas palabras con la veracidad que
hoy las estoy escribiendo. A veces siento con dulzura, otras con pasión… pero
siempre trato de decir lo que verdaderamente me pasa por el cerebro (que sale
en forma de palabras) o por el corazón (esta vez a través de las miradas)
Muchas veces he tenido
largas charlas con mis amigos, con los pocos que aún están a mí alrededor y con
otros tantos que ya no están cerca por razones diferentes de la vida. Los temas
fueron cambiando con los años, más la esencia de nuestras conversaciones se ha
mantenido como la columna vertebral del paso de los años. Una de esas vertebras
fue, es y seguirá siendo el “no” festejo del cumpleaños o del día almanaque de
alguno de nosotros, sino simplemente festejar el estar juntos, el estar lejos o
el ya no estar, pero con una sonrisa en nuestros labios. Sabiendo de la
diversidad que nos rodea, aprendimos a aceptar a quienes son fanáticos del
festejo y sobre todo a quienes disfrutan de hacerlo.
Por eso quisiera
escribirte, por eso quisiera abrazarte de manera interminable. Sera tal vez
porque mis palabras salen en mucha menos cantidad que las palabras del alma,
aquellas que la mirada vierte en forma constante e inagotable a la realidad que
cada día nos acaricia, o nos golpea. Sera tal vez porque quiera no volver a
cometer el mismo error en tan poco tiempo, y guardarme conmigo todo aquello que
estuve un par de veces a escribir y cuando recapacite acerca de ello, fue
tarde. Sera tal vez las ganas de hacerme chiquito y quedarme entre tus brazos
hasta que la tarde caiga sobre Sarratea y el sol ya no entre por el ventanal de
la entrada. Serán tantas y tantas cosas que me piden escribir….
Hoy no es un día
especial, sabes! Todos los días son especiales! Cuando hago un rápido recorrido
en mi memoria, nunca te separo de mis recuerdos, de los más lindos, de los no
tanto… de los más remotos, de los más cercanos… Mi vida está construida en tus
cimientos y mi alma está colgada de una nube en donde vos estas a cada paso,
enseñándome el camino. Hasta allá se fue el viejo, a corregirte como siempre, a
cuidarte a su manera, a ayudarte a mantener a la familia como siempre ustedes
dos trataron. Hoy no es un día especial, vieja! Todos los días son especiales
porque aunque muchos digan que hoy es el “día del Padre” nosotros sabemos que
al viejo lo queremos igual todos los días. Todos los días son especiales porque
todos los días pienso en lo que me das, en lo que me diste y en todo lo que
todavía tenes para darme. Todos los días son especiales tomando mates con vos,
o todos los días son especiales aunque sea un ratito, cuando hablamos por
teléfono.
Te quiero mucho, Marta!
Porque siempre fuiste mamá, papá y guía de mi familia, de esta familia que me
hace orgulloso. Y sé que Pepe no va a enojarse a la distancia, sé que él sabe
comprenderlo.
Hoy para mí, no es el
“día del padre”… hoy para mi es el “Día de MI MAMA”
1 comentario:
yo a ti te estimo mucho y quiero demasiado agradecida a DIOS por haberlos conocido una gran familia. por sus buenos consejos. Momentos bellos eh pasado junto a ustedes son los mejores, valen mucho nadien como ustedes.
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