sábado, 15 de junio de 2013

Carta para alguien muy especial

Hola, ¿Cómo estás? Espero que sepas leer y sobre todo entender estas pocas palabras con la veracidad que hoy las estoy escribiendo. A veces siento con dulzura, otras con pasión… pero siempre trato de decir lo que verdaderamente me pasa por el cerebro (que sale en forma de palabras) o por el corazón (esta vez a través de las miradas)
Muchas veces he tenido largas charlas con mis amigos, con los pocos que aún están a mí alrededor y con otros tantos que ya no están cerca por razones diferentes de la vida. Los temas fueron cambiando con los años, más la esencia de nuestras conversaciones se ha mantenido como la columna vertebral del paso de los años. Una de esas vertebras fue, es y seguirá siendo el “no” festejo del cumpleaños o del día almanaque de alguno de nosotros, sino simplemente festejar el estar juntos, el estar lejos o el ya no estar, pero con una sonrisa en nuestros labios. Sabiendo de la diversidad que nos rodea, aprendimos a aceptar a quienes son fanáticos del festejo y sobre todo a quienes disfrutan de hacerlo.
Por eso quisiera escribirte, por eso quisiera abrazarte de manera interminable. Sera tal vez porque mis palabras salen en mucha menos cantidad que las palabras del alma, aquellas que la mirada vierte en forma constante e inagotable a la realidad que cada día nos acaricia, o nos golpea. Sera tal vez porque quiera no volver a cometer el mismo error en tan poco tiempo, y guardarme conmigo todo aquello que estuve un par de veces a escribir y cuando recapacite acerca de ello, fue tarde. Sera tal vez las ganas de hacerme chiquito y quedarme entre tus brazos hasta que la tarde caiga sobre Sarratea y el sol ya no entre por el ventanal de la entrada. Serán tantas y tantas cosas que me piden escribir….
Hoy no es un día especial, sabes! Todos los días son especiales! Cuando hago un rápido recorrido en mi memoria, nunca te separo de mis recuerdos, de los más lindos, de los no tanto… de los más remotos, de los más cercanos… Mi vida está construida en tus cimientos y mi alma está colgada de una nube en donde vos estas a cada paso, enseñándome el camino. Hasta allá se fue el viejo, a corregirte como siempre, a cuidarte a su manera, a ayudarte a mantener a la familia como siempre ustedes dos trataron. Hoy no es un día especial, vieja! Todos los días son especiales porque aunque muchos digan que hoy es el “día del Padre” nosotros sabemos que al viejo lo queremos igual todos los días. Todos los días son especiales porque todos los días pienso en lo que me das, en lo que me diste y en todo lo que todavía tenes para darme. Todos los días son especiales tomando mates con vos, o todos los días son especiales aunque sea un ratito, cuando hablamos por teléfono.
Te quiero mucho, Marta! Porque siempre fuiste mamá, papá y guía de mi familia, de esta familia que me hace orgulloso. Y sé que Pepe no va a enojarse a la distancia, sé que él sabe comprenderlo.

Hoy para mí, no es el “día del padre”… hoy para mi es el “Día de MI MAMA”

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo a ti te estimo mucho y quiero demasiado agradecida a DIOS por haberlos conocido una gran familia. por sus buenos consejos. Momentos bellos eh pasado junto a ustedes son los mejores, valen mucho nadien como ustedes.